lunes, 29 de agosto de 2011

Tras el letargo


¡Y desperté! Y cual fue mi sorpresa al encontrar esta imagen sobre mi mesilla de noche: el espejo había menguado y se había convertido en un marco, en cuyo interior colgaba una máscara dorada. ¿Quizá sea éste el atuendo que he de llevar para atravesarlo?